Allí pudimos ver dichas casas de color oscuro, la casa de un samurai y cosa extraña en japón, un campanario que repica tres veces al día.
La verdad es que fue uno de los días más tranquilitos que hemos pasado en Japón, pero el cansancio empieza a hacer estragos en nosotros y a la vuelta nos quedamos tranquilitos en la casa viendo una peli.
Besos y abrazos a todos!!
Una foto en una de las estaciones en las que hicimos trasbordo llendo hacia Kawagoe. Fijaos en cómo reluce el suelo, increible.
El campanario.
Las típicas casas oscuras.
Pastelitos típicos de la zona y Carlos probando uno ¡¡¡oishiiiiii!!!!!!!!
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